La reforma en la Semana Santa que antecedió al Vaticano II

Pío XI en celebración cuaresmal, previa a la reforma de 1955 – Fuente: http://www.caeremonialeromanum.com

Rixio G Portillo – @Rixiogpr.- El movimiento litúrgico europeo en la mitad del siglo XX comenzaba a florecer la inquietud de rescatar muchos de los símbolos y signos propios de la liturgia, no es de extrañar que muchos consideren que éstos fueron los verdades pioneros de la idea de un concilio, aunque históricamente se desconoce de dónde Juan XXIII habría sacado la idea.

Sin embargo, sin duda alguna Pío XII contribuyó decisivamente a la causa de una reforma en el campo de la liturgia, aunque es preciso advertir que el uso de la palabra “reforma” en la Iglesia debe verse siempre desde la perspectiva de la tradición, según lo afirma el pensador italiano Andrea Ricardi. 

El Papa Pacelli el 10 de mayo 1946 encargó a la Sagrada Congregación de Ritos el estudio de una reforma general de la liturgia, y en 1948 fue presentado un informe final  denominado “Memoria sobre la Reforma Litúrgica”.

Después, una pequeña comisión ad hoc que trabajó casi en secreto, protegida por la muralla leonina en el Vaticano, hizo el verdadero trabajo propuesto por el pontífice; ya habían pasado los días del jubileo de 1950, en la que había sido inaugurada la nueva Puerta Santa en la Basílica de San Pedro.

El Papa comenzaba a dar muestra de la enfermedad estomacal, y las visitas estaban restringidas, únicamente para personal muy cercano de la familia y cámara papal. En el particular litúrgico el Santo Padre recibía información de primera línea de monseñor Montini, ya que ni los prefectos tenían libre acceso de ingreso.

La primera parte del trabajo de la comisión llegó a término en 1951 con la publicación del Decreto de la Congregación de Ritos Dominicae Resurrectioni con la que rescataba e instituía nuevamente la celebración de la Vigilia Pascual durante la celebración de la noche anterior al día de la resurrección, en boca de uno de los miembros del equipo de trabajo, fue el mayor acontecimiento litúrgico de la historia de la Iglesia desde el Papa Pío V que reinó hasta 1572.

Posteriormente la comisión de trabajo se instauró como «plena», sus miembros según el autor Fernandez Carranzas (2014) fueron: el cardenal Picara, prefecto de la Congregación de Ritos; Mons. Canici, secretario de la Congregación de Ritos; el P. Ferdinando Antonelli, relator general de la Sección Histórica de la Congregación de Ritos; el P. Joseph Lowe, vicerrelator de la Sección; el P. Anselmo Albareda, Prefecto de la Biblioteca Apostólica Vaticana; el P. Agostino Bea, rector del Pontificio Instituto Bíblico y el P. Anibal Bugnini, de la Congregación de la Misión.

El rescate de la Vigilia Pascual de 1951 sirvió para retomar la antigua práctica que data del siglo IV en el que la pascua era precedida con una vigilia durante la noche, y como gesto de preparación un importante ayuno eucarístico prolongado.

Un año antes los obispos de Francia y Alemania habían pedido al pontífice el trasladar la celebración del Sábado Santo a la noche, sin embargo, la reforma era más profunda; llegaban peticiones de todos los sectores y hasta el patriarca de Venecia, el anciano cardenal Roncali, escribió indicando que el oficio del Viernes Santos debía ser durante las primeras horas de la tarde, como lo indicaba el evangelio.

Cinco años más tardes se presenta otro gran paso en el campo litúrgico, la reforma de las celebraciones de la Semana Mayor, nombre que ya data del 381, con la publicación del Decreto Maxima redemptionis (1955) emanado por la Sagrada Congregación de Ritos.

Ya a partir del año 56 debía comenzar a regir la nueva instrucción sobre la Semana Santa, que incluía en un mismo bloque las celebraciones del Jueves Santo, Viernes Santo y Sábado Santo con la Solemne Vigilia en lo denominado Santo Triduo Pascual.

Pero ¿cuáles los fueron los cambios introducidos con la nueva forma de celebrar la Semana Santa de la reforma de Pacelli?

Domingo de Ramos – Fuente: //rorate-caeli.blogspot.com

El Domingo de Ramos o de la Pasión del Señor se introdujo la posibilidad de usar el color Rojo durante a procesión de la bendición de los ramos, que solo era utilizado en el rito ambrosiano, sin embargo la celebración de la misa el sacerdote debía vestir con paramentos morados.

Se redactó un nuevo prefacio, la cruz procesional podía develarse con el arreglo de palmas, pero en el altar debía permanecer con el velo violeta; se suprimió el rito de golpear la puerta de la Iglesia con la cruz procesional y las antífonas entre los cantores dentro y fuera del templo.

Se incorporó para el término de la procesión una oración conclusiva que precedía a la celebración de la misa que se realizaba de píe en el altar de cara al pueblo.

Los días siguientes, lunes, martes y miércoles santos solo sufrieron modificaciones en las lecturas de la misa, en las que se redujeron algunos pasajes y se modificó la redacción de alguna de las oraciones; lo principal era el Santo Triduo Pascual.

Los cambios en el Santo Triduo Pascual

Para el Jueves Santo, la Misa In Coena Domini se introdujo la necesidad de que los fieles comulgaran con las formas consagradas ese día, por lo tanto el sagrario debía estar abierto y vacío para el inicio de la misa. El rito del lavatorio de los pies se traslada a la mitad de la celebración, aspecto que levantó varias críticas, pues contravenía el texto de Juan, “et cena facta” [“habiendo terminado la cena”] (Jn 13, 2).

Jueves Santo con el Papa Pablo VI – Fuente: //asociacionliturgicamagnificat.blogspot.mx//

También esa reforma introdujo que el altar debía ser desvestidos, sin mantel, cruz ni cirios, de tal manera que los signos hablasen del misterio que inicia a celebrarse en la Iglesia.

El Rito del Lavatorio de los Pies sufrió posteriormente otros cambios, el más reciente del Papa Francisco, como se describió anteriormente en este blog.

El Viernes Santo también tuvo sus cambios en la reforma de Pío XII de 1955, principalmente el nombre mismo del oficio, que fue denominado Solemne Acción Liturgica y se derogó el nombre de “misa de los Presantificados” que provenía de la “Feria Sexta en Parasceve”.

Ése día se mantienen los símbolos del altar sin mantel, sin cruz ni cirios, el sacerdote realizaba el gesto de la postración delante del altar y debía portar los paramentos de color negro, podía inclusive solo llevar alba y estola; se incorporó la posibilidad que los fieles puedan recitar junto al sacerdote la oración del Padre Nuestro.

El Sábado Santo, no sábado de gloria, que incorporó cuatro años antes la Vigilia Pascual de manera «ad experimentum», también tuvo algunos ajustes con la reforma de la Semana Santa de 1955.

Papa Francisco en Vigilia Pascual – Fuente: http://www.avvenire.it

El cirio pascual es portado en procesión al inicio de la celebración después de la bendición del fuego por un diácono, con las invocaciones del Lumen Christi, lo que para muchos llevó a desuso los grandes porta cirios pascuales, piezas de grande valor artístico y escultórico.

El cirio pascual debía presidir la celebración, estar al centro del foco celebrativo, predominando inclusive sobre el altar y la palabra.

Por ser una celebración del renacimiento de una nueva vida en la resurrección, la fuente bautismal debía ocupar un lugar visible e importante en el espacio de la Vigilia, no podía utilizarse las pilas bautismales fijas en las entradas de los templos, o inclusive que quedaran fuera, por ello, se autorizó el uso de pilas que permitiesen ser transportadas.

Por último la renovación de las promesas bautismales podía hacer en la lengua vernácula aunque se mantuvo le latín de manera generalizada hasta la reforma de la Sacrosanctum Concilium de 1963.

Algunas referencias:

  • Fernández Carranza, Antonio (2014) El Lenguaje Ritual, principio interpretativo de la liturgia del oficio romano de la Pasión del Señor. Universidad de San Damaso.
  • Stefano Carusi. La reforma de la Semana Santa
  • Dominicae Resurrectioni (1951) Sagrada Congregación de Ritos
  • Maxima redemptionis (1955) Sagrada Congregación de Rito

Un comentario

Deja un comentario